En un escenario global cada vez más exigente en términos ambientales y sociales, la minería chilena se posiciona a la vanguardia de la transformación. No solo es un pilar de la economía nacional, sino también un laboratorio de innovación tecnológica y sostenibilidad aplicada. Desde energías limpias hasta inteligencia artificial, las operaciones mineras en Chile están adoptando herramientas que permiten avanzar hacia una industria más eficiente, segura y responsable con su entorno.
Uno de los cambios más significativos en los últimos años ha sido la transición hacia el uso de energías renovables. Según datos recientes, cerca del 70% de la energía utilizada por la minería en Chile proviene de fuentes limpias, como solar, eólica e hidroeléctrica. Las proyecciones son aún más ambiciosas: se espera alcanzar un 80% en 2026 y un 90% en 2030.
Este cambio no solo responde a compromisos climáticos, sino también a una lógica de eficiencia operativa y reducción de costos a largo plazo. La inversión en energías renovables aumentó un 231% en 2024, lo que refleja un fuerte compromiso del sector por descarbonizar sus procesos.
Casos como el de Minera Los Pelambres, que opera con energía 100% renovable y utiliza agua desalinizada para su producción, evidencian cómo las grandes compañías están incorporando soluciones concretas para mitigar su impacto ambiental.
Otro hito reciente es la incorporación de tecnologías de movilidad sostenible. En 2024, Anglo American y Reborn Electric presentaron el primer bus a hidrógeno fabricado en Chile, diseñado específicamente para el transporte de trabajadores en faenas mineras.
Esta innovación representa una doble ganancia: por un lado, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, y por otro, disminuye la dependencia de combustibles fósiles, aportando a la diversificación energética del sector. A esto se suma el avance sostenido de la electromovilidad, que cada vez tiene mayor presencia en flotas internas de camiones, buses y vehículos livianos utilizados en minería.
La incorporación de inteligencia artificial (IA) está revolucionando la forma en que se planifican, ejecutan y monitorean las operaciones mineras. Herramientas de IA permiten predecir fallas en equipos críticos, optimizar procesos, reducir tiempos de inactividad y anticipar riesgos ambientales. Todo esto se traduce en una operación más eficiente, con menores costos y menor huella ecológica.
Gracias a la IA, hoy es posible contar con sistemas de monitoreo en tiempo real que analizan grandes volúmenes de datos y entregan alertas automáticas, facilitando una toma de decisiones más informada y rápida, incluso en entornos complejos y remotos.
El impacto de la transformación tecnológica también se refleja en la seguridad laboral y en la relación con las comunidades. La automatización de procesos —como el manejo remoto de maquinaria o la inspección de zonas de riesgo mediante drones— reduce significativamente la exposición de los trabajadores a condiciones peligrosas.
Al mismo tiempo, las empresas mineras están adoptando modelos de gestión más transparentes, con una mayor preocupación por el cumplimiento de estándares socioambientales y una relación proactiva con las comunidades vecinas. Esto incluye compromisos de desarrollo local, monitoreo participativo y estrategias de carbono neutralidad a largo plazo. De hecho, compañías como Codelco ya han fijado el año 2050 como meta para alcanzar la neutralidad de emisiones.
En ProPipe creemos que la transformación de la minería no es solo energética o tecnológica: también pasa por mejorar la forma en que diseñamos y planificamos los proyectos. Por eso, incorporamos la metodología Building Information Modeling (BIM) como parte central de nuestro trabajo en ingeniería.
Gracias a BIM, optimizamos los tiempos de desarrollo, mantenemos altos estándares de calidad y articulamos de forma precisa todas las disciplinas involucradas en un proyecto. Esto nos permite entregar diseños más robustos y confiables, reduciendo errores que puedan impactar etapas posteriores de construcción y operación.
Entre los beneficios clave de esta metodología destacan:
La transformación de la minería requiere una convergencia real entre innovación tecnológica, eficiencia operativa y sostenibilidad. En ProPipe, incorporamos metodologías avanzadas como BIM para entregar soluciones de ingeniería integrales, precisas y alineadas con los más altos estándares del sector.
